Fin de año 2017. La televisión y las redes sociales ya se encontraban colmadas de publicidad navideña. En ese momento decidimos cambiar la lógica: en vez de comprar regalos, nos propusimos hacer una colecta entre nuestros amigos y ocupar todo ese dinero en ayudar a alguien que lo necesitara.

Así fue como encontramos a Rita, para quien en 24 horas logramos recaudar una gran cantidad de fondos que se tradujo en un aporte concreto y práctico que transformó su vida.

Desde entonces, nuestras vidas también cambiaron. Nos enamoramos del poder de la colaboración y de cómo la suma de pequeños aportes puede cambiar la vida de personas con diversas necesidades.

Luego de aquella navidad decidimos repetir el ejercicio. Buscamos otra causa y logramos reunir nuevamente una gran suma de dinero. Nos dimos cuenta que no era tan difícil lograrlo y que además es una forma concreta de aporta a la sociedad.